El nerviosismo estuvo presente antes, en el partido y en los festejos. Colombia pasó a los cuartos de final, un excelente James Rodríguez y una selección en su mejor partido. Ahora por Brasil.
Un partido con las expectativas que generó la expulsión del goleador uruguayo, Luis Suárez, injusta, exagerada, de parte de unos; la mayoría sin embargo pensaba: debía hacerse justicia, por tercera vez agredía de esa manera a un compañero, el mismo jugador no admitía lo que vio el mundo. Como sea, el ambiente desde los uruguayos no era el mejor, creían que la FIFA los estaba sacando sin jugar el partido. Hechas las conjeturas, colombianos y charrúas pusieron en el campo sus mejores cartas.
El equipo uruguayo le apostó al juego fuerte, Pékerman de inmediato identificó la estrategia haciendo que sus dirigidos no cayeran en esa provocación, los más afectados en eso primeros minutos fueron Cuadrado y James. La celeste no conseguía que los cafeteros dejaran su juego, tanto así que pasado muy poco de la mitad del primer tiempo, aparece el que hasta ahora ha sido calificado por propios y extraños como el gol del mundial, asistencia de Aguilar - la cuota de fortaleza de Colombia - James controla con el pecho y, sin dejarla caer, dispara de zurda. Muslera intenta controlar, pero el balón se aloja en su arco, luego veíamos al meta uruguayo revisándose la uñas, seguían en sus manos, pero el dolor de la derrota iniciaba. El gol era el premio a un equipo que daba su primer paso a cuartos, en los que ya Brasil se había plantado más temprano.
La segunda parte sirvió para ratificar el segundo y definitivo paso de Colombia a la siguiente ronda. Cuadrado asiste con un fantástico cabezazo a la estrella colombiana James Rodriguez que, sin pararla y esta vez con la derecha, sella el triunfo e inicia los festejos. Cuadrado nos haría borrar el lucimiento que pudo aparecer en la primera parte, un poco en detrimento del juego colectivo.
En el arco colombiano también una estrella se consagraba: David Ospina. En cualquier acercamiento de los uruguayos la calidad del meta colombiano apareció cerrando, desviando, anticipando y todo lo que fue necesario para complementar el trabajo de los demás jugadores. Lo único que podian hacer los atacantes azules era tomarse la cabeza, seguramente renegando por tener en frente un arquero con tan buenas capacidades. Fuera del campo, Tabares se recostaba en su propio banco preguntándose como romper la estrategia de su colega del lado - Pékerman.
Los tres cambios realizados complementaron el trabajo realizado hasta el dos a cero, la misión: cerrar el partido. El repliegue era necesario, en virtud a que James, el creativo colombiano había salido para recibir los elogios y los merecidos aplausos. Excelente trabajo realizado por los relevistas, pusieron su cuota para conservar el marcador.
Hasta aquí tres o cuatro nombres se han mencionado, pero caben todos los catorce que intervinieron en la gesta, comandados en el campo por el jefe de todos no solo por su liderazgo sino por su fútbol, y el otro jefe en el banco, el de las estrategias, Néstor Pékerman.
Hoy domingo 29 con la resaca del que henchido de alegría celebró, disfrutó, incluso en las mismas huestes de la selección, por el lado del aficionado que ahora confían en que es posible algo más y del otro, el de los técnicos, que tienen seis días para definir como enfrentar a la verde amarelha, con seguridad que encontrarán con vencer al equipo que hasta ahora ha ganado pero no ha convencido.
Hasta ahora lo que se ha realizado es mucho más de lo esperado, que si se puede contra Brasil estará bien, pero sino se ha mejorado la historia de éxitos de la selección colombiana, se ha calificado un gol de los nuestros como el mejor, y a un jugador nuestro como el mejor de la fase de grupos - James Rodríguez.
!!!La siguiente cita el 4 de julio!!!
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