Inesperadamente las selecciones de España - el campeón Africa 2010 - e Inglaterra salieron de los favoritos, ambos perdieron sus primeros partidos, suficiente para regresar a casa. Los ibéricos de forma categórica; los ingleses, con poco de lo que se ve en la premier league.
Muchos pensábamos que los españoles estarían en la final de Brasil 2014, para decirlo sabíamos de los extraordinarios jugadores con los que contaba la roja, un fútbol bonito, jugadores en las mejores ligas europeas. Sin embargo, la desconfianza de la mismos españoles ya se veía desde mucho antes del mundial (4 de cada diez no creían en la roja), quizá una premonición a la debacle que se avecinaba. En la primera salida frente a los holandeses, pareció una venganza de la final de Africa 2010, esta vez la naranja mecánica ganó con propiedad, mucho fútbol, sin juego sucio. Los españoles, en cambio: desconocidos, desarticulados, desanimados. Para el segundo juego se esperaba que España volviera por sus fueros. No fue así. Volvió a perder, hizo ajustes, pero el resultado fue casi el mismo, un poco menos de goles encajados, y menos fútbol del mostrado en cualquier evento previo.
Por el lado de los ingleses, se encontraron con un equipo muy sólido en el primer partido, unos italianos que lograron mostrar algo diferente a aquellos equipos defensivos, con un Pirlo - de ya muchos años - con una claridad de pocos. Luego de la primera salida en falso, parecía que el resultado frente a los uruguayos sería diferente, los charrúas venían de perder contundentemente con Costa Rica. Un jugador hizo que los uruguayos recobraran su garra. Luis Suárez, quizá el mejor jugador hoy por hoy de la liga inglesa, con dos formidables anotaciones logró que Uruguay aún tuviera posibilidades e Inglaterra volviera a casa con las manos vacías. Los que dejaron una buena impresión fueron los jóvenes Sterling y Sturridge. De los veteranos, el único cambio que han tenido ha sido el de la apariencia de su estrella W. Roonie con el implante de cabello realizado.
Para muchos, incluidos los españoles, creen que el ciclo ha terminado, para otros, la acumulación de partidos se hizo notar, unos más dirán que le tomaron la medida al fútbol español, y otro más creerán que el técnico, Vicente Del Bosque, no pudo descifrar a sus rivales. Como quiera que sea, no pudimos ver a unos jugadores a los que nadie les desconoce su calidad.
Para los octavos no tendremos a esos jugadores denominados "galácticos", costosos, algunos con arrogancia, y otros con gran nobleza. Todos ellos deberán aprender - los que aún pueden - del desempeño realizado en este mundial, y si se trata de ciclos finalizados, reiniciar con los que por edad pueden estar en otro mundial. Habrá que agregar a las superestrellas a Cristiano Ronaldo, que solo un milagro los salvará de volver anticipadamente a Lisboa.
Para la selección española, pese a su temprana salida del mundial, lo único que debemos es agradecerle a esos Casillas - ganador de todo -, Puyol - uno de los mejores centrales de la historia -, Hernández, Cazorla, Andrés Iniesta - al que nunca le quisieron, incluida la prensa reconocerle como mejor jugador del mundo - y un largo etcétera para los demás jugadores, una pléyade de estrellas que nos hicieron vibrar en los mejores torneos del mundo.
Para la selección española, pese a su temprana salida del mundial, lo único que debemos es agradecerle a esos Casillas - ganador de todo -, Puyol - uno de los mejores centrales de la historia -, Hernández, Cazorla, Andrés Iniesta - al que nunca le quisieron, incluida la prensa reconocerle como mejor jugador del mundo - y un largo etcétera para los demás jugadores, una pléyade de estrellas que nos hicieron vibrar en los mejores torneos del mundo.
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